A veces pasa que crees que conoces a la gente. Puedes llevar años compartiendo charlas, cafés, orgías... Lo típico. Y de repente, cuando menos te lo esperas, hace algo que cambia tu amistad y tu forma de ver esa persona para siempre. O incluso llegar a odiarla. Como por ejemplo violar a tu madre, asesinar a tu padre o mandarte un mail con corazoncitos animándote a reenviarlo a todos tus contactos. Por poner ejemplos equiparables entre sí.
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