“No maldecirás a los dirigentes de tu país” (Éx. 22.28). “No hagas amistad con los habitantes del país que visites, no sea que lleguen a ser una trampa para ti. Más bien destruye sus altares, quiebra sus estatuas y corta sus árboles sagrados” (Éx. 34.12-13). “Si el esclavo tiene esposa (que fue dada por el patrón), luego de seis años el esclavo quedará libre pero la esposa y los hijos que haya tenido con ella serán del patrón” (Éx. 21.4). Hay literatura nazi más liviana que ésta.
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