Estos ciudadanos europeos nos recuerdan una simple verdad olvidada: la econonomía existe para el pueblo y no al contrario. El problema que comenzó como una crisis de deuda y que se convirtió luego en una crisis financiera continental es en realidad una crisis del sistema. Y, en palabras del filósofo francés Edgar Morin, una crisis de la civilización. A pesar de esto, los políticos y quienes toman las decisiones en todo el mundo continúan percibiéndolo como un simple asunto de ingeniería financiera.