Los problemas de Martins comenzaron hace varias décadas en Nueva York. Una tarde de 1965, mientras jugaba un partido de fútbol, un desafortunado accidente le rompe un nervio que afectaba seriamente la movilidad de su mano derecha. Tras 24 cirugías y varios tratamientos recuperó parte del movimiento, pero años después desarrolló una dolencia degenerativa del sistema músculo-esquelético y neurológico como resultado del estrés producido por el exceso de repetición de movimientos. Tenía que dejar de tocar el piano.
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