Al reservar mesa en un restaurante caro de Madrid, el camarero apunta: "Aquí servimos el agua en jarra". Ah, bien. ¿Y cual es el problema? "Bueno, muchos clientes creen que la del grifo es... de pobres". Ah, he ahí un dato sociológico para entender el boom del consumo de agua embotellada en España que ha aumentado un 67% en la última década. ¿Es que el agua de Madrid, o de España en general, es mala? ¿O estamos ante otra moda exótica y chic propia de tiempos de potentados?
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