Como premio de consolación, a cada trabajador despedido se le obsequiará un Nokia 500, es decir, uno de los más inferiores de los nuevos equipos Nokia con Symbian Anna, cosa que demuestra que la compañía finlandesa no sólo quiere acabar con una de sus sedes echando a la calle a 3500 personas, sino que también quiere usar a esas 3500 personas como buzón para “depositar” un móvil de gama media que cada vez tendrá menos importancia en el catálogo de productos de la compañía...
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