Omar Jerez, el artista performativo que recorrió el centro de San Sebastián como una víctima de ETA, con un muerto en brazos, y que recreó el secuestro de Ortega Lara, prepara su "obra maestra": inducirse un coma cerebral para sentir -y contar- qué sucede en ese estado de inconsciencia. “Me baso en los testimonios de la gente que está entre la vida y la muerte”, cuenta sobre el germen de la idea, que pondrá en práctica este septiembre, en algún lugar por concretar en París o Madrid.
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