Que muchas de las ofertas de empleo que vemos en los portales de internet son falsas es cosa sabida desde hace tiempo. Ni los portales de empleo ni las empresas suelen reconocerlo, ya que engañar a otras personas para obtener un beneficio propio no es ético y, por otro lado, no es fácil justificar cómo o para qué se usan los datos de los currículums de las falsas ofertas. Que la inspección de trabajo no sólo no penalice esta práctica sino que la justifique es otro cantar. Relacionada con:
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