A Marina debían intervenirle los dos ojos pero sólo le operaron uno y la enviaron a casa convaleciente y en transporte público.El «tijeretazo» sanitario ya ha impactado en la calidad asistencial. Cristina Martínez da fe de ello. Esta barcelonesa de 32 años acudió el día 5 de abril con su hija Marina, de ocho, al Hospital Valle de Hebron de Barcelona para que operaran a su pequeña de un problema en la visión.
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