En junio de 2012, el doctor Ali Mohamed Zaki estudiaba a un paciente en Arabia Saudí con un raro virus respiratorio. Incapaz de identificar el virus con los medios a su disposición, pidió ayuda y envió muestras al eminente virólogo Ron Fouchier, que no sólo identificó un nuevo coronavirus desconocido hasta la fecha sino que secuenció y patentó parte de la información obtenida. Un año después, con 22 muertos repartidos por la propia Arabia y otros países, la OMS ha admitido su preocupación por los retrasos que este lío legal está causando.
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