El Children's Hospital de Westmead, Australia, está viendo impedidas su labor de diagnóstico precoz del síndrome de Dravet, importante para un buen pronóstico, debido a que la empresa australiana Genetic Technologies tiene la patente del gen humano SCN1A. Esta empresa tiene ya un historial de amenazar a hospitales públicos cuando éstos buscaron en genes "de su propiedad" mutaciones en el cáncer de mama de diversos pacientes. Los médicos se ven obligados a enviar sólo algunas muestras a Escocia para su análisis. Otras quedarán fuera.
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