Érase una vez, en los Estados Unidos, ese país donde atan a los perros con longaniza, unos bondadosos filántropos que habían acudido a la ayuda de los pobres (no demasiado, pero algo pobres no obstante) para ayudarles a que se comprasen una casa. Esos benefactores prestaban dinero, casi sin contrapartidas, a quienes no lo tenían. Los pobres sólo tendrían que rembolsar poco a poco, de la forma y en el momento que pudiesen, disfrutando desde aquel primer momento de su nueva casa con su jardín...
|
etiquetas: hipotecas , subprime , eeuu , crisis