“Perdóname hijo mío. Yo solo quería que llegaras allá y fueras a la escuela. Si hoy pudiera volver atrás lo haría y no habrías cruzado el mar”. Con estas desgarradoras palabras despedía ayer Charlotte a su hijo Moisés, un pequeño de solo cuatro años que falleció en el naufragio de un cayuco en el que trataba de llegar a las costas de Canarias en junio del pasado año y que ayer fue enterrado en el cementerio de San Gregorio, en el municipio grancanario de Telde. El pequeño fue rescatado del agua sin vida.
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