Las últimas reflexiones del Obispo de Córdoba -recogidas en El Mundo- se sitúan en el extremo de la perversión del mensaje del cristianismo primitivo, un pensamiento de esencia desvirtuada desde su utilización para el dominio de hombres y mujeres y de hombres sobre mujeres a partir del emperador Constantino I el Grande. Precisamente, a Osio de Córdoba, astuto consejero de este emperador, debemos el primer paso para la adopción por parte del Imperio Romano de esta religión ya exitosa entre el "populacho" y las élites económicas ...