La idea de que los techos blancos pueden reducir la temperatura media de las ciudades y reducir la cantidad de energía necesaria para la refrigeración de los edificios no es nueva. Un informe reciente del 'Lawrence Berkeley National Labs' calculó que si las 100 ciudades más 'calientes' y más grandes del mundo pintaran de blanco los techos o pusieran un color más claro del pavimento, se ahorraría en una sola jornada 57 gigatoneladas de emisiones de carbono.
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