Pezuñas de vaca cocinadas en una lata de aceite oxidada junto a su cabaña. Así sobrevive en Níjar este migrante procedente de África. Las restricciones impuestas por el Gobierno tras decretar el estado de alarma han agravado aún más las ya precarias situaciones de miles de inmigrantes que sobreviven del trabajo informal en el campo andaluz. Sin agua corriente para desinfectarse ni posibilidad de buscar trabajo, conseguir comida a diario se ha convertido en una odisea.
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