Esta campaña pensada para denunciar la violación de los derechos humanos en China ha despertado una agria polémica. La creó la agencia TBWA París para su cliente Amnistía Internacional, pero éste la rechazó por ser "demasiado brutal". Sin embargo, dejó que se inscribiese en el Festival Internacional de Cannes, donde fue premiada. Entonces comenzó la polémica.
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