Pero aquí, políticos, prensa y esas aficiones que tanto sienten los colores salivan en cuanto ven acercarse el chorro de dinero. Es natural: ¿qué hambriento rechaza el maná venido del desierto? Se entiende así que nadie hable de la suerte de Mohamed al-Ajami. No es futbolista y no es del agrado del emir de Catar. Al-Ajami es poeta, está en la cárcel desde hace más de un año y fue condenado a cadena perpetua el pasado 29 de noviembre. ¿Por qué? Por escribir y recitar por internet Jazmines de Túnez, poema inspirado en la primavera árabe.
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