Ésa es la pregunta que se hace la policía al detener a Igor Kenk por posesión de droga y robo de bicicletas. El propietario de una tienda de bicicletas usadas tenía almacenadas 2.865 bicicletas, de las que se estima que robó 2.396, o al menos las encargó robar. Porque Kenk era un trabajador social "informal": pagaba a indigentes y pacientes de un centro de salud mental cercano para que hicieran trabajos... consistentes en robar bicicletas.