Las putas, los mafiosos, las pitonisas, los yonquis a golpe de mando a distancia. El amor al mundo y el cultivo de toda la gama emocional se convierten ahora en conceptos transgresores dentro de esta parrilla blasfema. La vida social ha sido sustituida por su imagen representada, innumerablemente distorsionada para acabar convertida en mercancía.
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