En una apuesta por eliminar el sexismo, a miles de trabajadores públicos se les dijo que escogiesen entre candidatos a los que se les había quitado toda mención a sexo y etnia de sus c.v. La prueba encontró que asignarle un nombre masculino a un candidato los hacía 3,2% menos probable que consiguiese una entrevista de trabajo. Añadir el nombre de una mujer a un c.v. hacía que el candidato tuviese un 2,9% más. (Inglés con traducción en
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