En el campo de Katsikas ha empezado el frío. Y la lluvia. En las últimas semanas, el campo se ha visto inundado provocando que las tiendas de campaña, en las que las familias habitan, en pocos minutos estuvieran encharcadas. Sólo las piedras sirven de aislamiento con la tierra. Cada vez que esto ocurre, voluntarios y refugiados salen con piquetas, cubos y palas y se ponen a trabajar en el mismo instante que empiezan los torrenciales, intentando que el agua y el viento no destrocen las viviendas de tela.
|
etiquetas: refugiados , condiciones , katsikas