El 7 de marzo de 1987, la prensa cántabra informaba de una terrible noticia para Campoo: un expediente de regulación de empleo implicaría casi 500 excedentes para Forjas y Aceros de Rinosa, para "La Naval". Los trabajadores se reúnen en asamblea y deciden retener contra su voluntad al presidente para retrasar la jura de su cargo en el Parlamento Vasco y llamar la atención sobre su grave situación, forzando una negociación. Los trabajadores de Farga y de Cenemesa, otras dos empresas de Campoo, deciden apoyar a sus compañeros.
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