El pasado martes 10 de julio a las 9:12 de la mañana, un repartidor de Glovo paseaba por Barcelona cuando vio a otro durmiendo en el suelo y lo fotografió. Estaba acostado junto a un bloque de viviendas, en un cruce de calles cerca del barrio de Gracia. "Dormiría ahí porque está resguardado", cuenta. Ese mismo día a las tres el repartidor volvió a pasar por el cruce, pero ni su compañero, ni las mantas, ni las bolsas de reparto que portaba estaban ya. "Limpiaron entera la zona", explica.
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