Uno lee estas interpretaciones de la súbita fiebre pirenaica del regidor barcelonés con la sensación de que el fenómeno le es muy familiar. Vamos... que podría aplicarse sin apenas variaciones a la curiosa situación que vivimos en Zaragoza y Aragón en general. También aquí, entre improvisación e improvisación, la falta de ideas originales se tapa con grandes saraos.
|
etiquetas: grandes , eventos , ocultar , nefastas , gestiones