Una experiencia europea suprime señales de tráfico y deja la circulación en manos de peatones, conductores y ciclistas."La auténtica seguridad no la proporciona un semáforo; está en uno mismo", asegura Willem Schwertmann, coordinador de proyectos de construcción del Ayuntamiento de Haren. En una vía central, sin más apoyo que un par de pasos de cebra conservados tras las presiones de los numerosos jubilados residentes en la ciudad, "ambas partes tienden a proteger el espacio común y a ser educados; y entonces los coches y las bicis corren menos
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