Todo por seis minutos que han costado carísimos. Ese fue el retraso de Vox sobre el límite establecido para el registro de enmiendas al proyecto, lo que impidió a la Asamblea aceptarlas, al PP negociarlas, y a los dos partidos de derechas sacar adelante unos presupuestos expansivos. No es cualquier cosa: estaban diseñados como el arma electoral definitiva para Díaz Ayuso, pues contenían 2.705 millones más de gasto que los que ahora se aplicarán. Un dinero que se esfuma por el error de Vox en la tramitación.
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