Décadas repitiendo que el franquismo era una cosa del pasado, que ya vale de batallitas del abuelo que no le importan a nadie. Años escuchando el argumento unineuronal de que siempre hay necesidades más urgentes que cubrir que ponernos a revisar la historia. Y, de repente, llega la derecha a ciertos gobiernos autonómicos y lo primero que hace es sacar una ley para reescribir la historia de aquello que a nadie le importa. Me reconocerán que es curioso.
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