Cuando hablamos de política fiscal conviene recordar que lo hacemos desde una doble vertiente. Por un lado, los ingresos, los tributos, los impuestos, las contribuciones, los precios públicos, etc. Por otro, las decisiones inversión y gasto público. Hace casi tres años algo de ello quería transmitir en este post, aunque quizás el mejor modo de verlo es a través de casos reales como el Tranvía Crucis, ejemplo de la (in)sosteniblidad fiscal.
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