Cuando llueve o hace frío, muchos años optan por cubrir a sus perros con pequeños impermeables. Aunque la intención es buena, el efecto en el animal no lo es tantoPero el gesto puede venir motivado más bien por nuestra propia percepción (nosotros salimos abrigados y es lo que querríamos que hiciesen con nosotros si cambiaran las tornas) que por el bienestar del animal.
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