Esta es una historia real que demuestra que es posible cultivar un huerto "ecológico" en tu casa, casi sin importar donde vivas. Tan sólo necesitas sol, agua y, lo más importante, algo de interés, entusiasmo y amor a la naturaleza. Un tomate criado por ti de forma artesana y natural (sin pesticidas, ni herbicidas, ni abonos químicos) tiene el indescriptible y fantástico sabor de la satisfacción personal.
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