En el aniversario de Volver a empezar lo mejor que podemos hacer es ver la película, que bien lo merece. Aunque sólo sea por la escena de Antonio Ferrandis y José Bódalo delante de la chimenea, con los copazos de coñac en la mano. Este segundo rascando con su mano izquierda el brazo del asiento. Esa mano lo dice todo. Aguantando las lágrimas. En un momento en que él las contiene, el espectador no puede hacerlo. Inmenso. Hasta el 4 de abril pueden ver la película en la web de RTVE. Dura menos de hora y media. [vía curistoria]
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