#46 El problema de la tricolor es que es errónea en su concepto: el color de Castilla es el rojo carmesí, no el morado.
Referencias:
El color del llamado pendón de Castilla no es, ni nunca fue morado. Todo arranca en el siglo XIX, cuando algunas sociedades y partidos, ni cortos ni perezosos recurren al color morado que utilizaba alguna unidad militar, que de Castilla solo tenía el nombre, atribuyendo este color a nuestra tierra castellana y al de los comuneros. Con esta falacia cromática cometieron uno de los mayores errores de la historia de la vexilología española, induciendo a su mal uso incluso a las instituciones, condicionando el futuro y divulgando lo que nunca fue. (Fuente: Ventura Leblic en ABC)
El castillo sobre fondo rojo o carmesí ha figurado en algunas enseñas de la Corona de Castilla (que reprodujeron el cuartelado de Fernando III sobre paño y que han servido de base en la actualidad para la bandera de la comunidad autónoma de Castilla y León) y en la bandera de la actual comunidad autónoma de Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid. Posteriores confusiones llevaron a aplicar el color morado a un legendario «pendón castellano» (que ni se conserva ni ha sido nunca documentado), haciendo que el color morado se identificara como el color de Castilla, algo que influyó en la bandera de la Segunda República Española y su franja morada. Existen diferentes hipótesis para explicar el origen de la confusión. Fundamentalmente, el origen parte de relación cromática entre el color púrpura y el rojo carmesí. El color carmesí fue muy utilizado también para representar el color púrpura, usado en el mundo antiguo como elemento alusivo a la soberanía y autoridad de los monarcas. Una de las hipótesis planteadas se apoya en el hecho de que, con el transcurso del tiempo, muchos paños que, originalmente eran de color carmesí, desgastados pueden llegar a confundirse con otras tonalidades, como el morado. Estas inexactitudes llevaron a la creación de una leyenda sobre el color morado del pendón utilizado por los comuneros, durante la Guerra de las Comunidades de Castilla contra el rey Carlos I entre 1520 y 1521, que en realidad emplearon el color rojo o carmesí en sus enseñas.Fuente: Wikipedia
#81 Por otra parte el tener criterio no depende de creer en el Dios cristiano, una "fuerza superior", etc. o no, el borreguismo se da tanto en creyentes como en ateos. Lo importante es tener personalidad, sentido común y evidentemente no irse a los extremos.
#26es cuestión de sensibilidad e interés. Y de honradez con uno mismo.
Decían en una tertulia por la radio con psicologos, que lo importante no es ir en contra del grupo o con el grupo, sino el tener una buena razón para hacerlo.
Suelo defender a Calatrava, sus obras me llenan de sentimientos, goteras y corrupción pepera a parte por supuesto.
#7#5 me valen verga los dibujitos chinos de m*erda, todo el mundo sabe que no valen y quienes les gustan son unos fanboys irredentos y que te vuelve menos culto sobre conocimientos de animacion, obviamente yo como no veo dibujitos chinos de esos asquerosos soy muy sabio y Pro en cuanto a animacion y mis conocimientos del tema son asombrosos, y todo por no perder el tiempo con estas tonterias.
A todo esto, miren que buenos momazos prro. Jaja, estan bien pro.
#54 Y el resto es un simple "Me gusta, no me gusta o me deja indiferente"
El artículo y el vídeo relacionada habla de eso. Claro qeu un artista contemporáneo puede hacer algo que toque a las sensibilidades de mucha gente, pero eso no tiene un valor tangible claro monetariamente hablando.
En el mundo del arte contemporaneo hay un lavadero de dinero negro que lo flipas. Y basta ver como Bárcenas y compañía justifican sus fortunas gracias a operaciones exitosas en compraventa de arte.
Si te debo un millón de € en dinero negro y quiero pagártelos blanqueados, es relativamente fácil que te compre un truño de cuadro por ese millón de euros para justificar el trasvase de dinero y camuflarlo como una inversión en arte.
Lo mismo puede pasar con jugadores "bluff" de fútbol y con muchos bienes "intangibles".
Lo demás, es decir, el gusto por la estética o la plástica se queda fuera del ámbito crematístico.
#26 Las sensibilidades se convierten en gilipolleces cuando se pagan 300 millones de € por un cuadro. Un cuadro que se puede reproducir con perfecta fiabilidad no puede valer 300 millones por motivos artísticos. Tiene que haber un aliciente no artístico detrás.
#7 Yo llevaba yendo al festival de Annecy 3 años seguidos, pero este me ha sido imposible. Creo que este año, al menos a priori, tenía el mejor programa de la sección oficial de los últimos años.
#18 Tocar música de partituras es mucho más complejo. Interviene el sistema de lectura de un código muy matemático, el ritmo, sincronización de movimientos, percepción auditiva, estética, feeling. Por eso para los niños es un recurso educativo excelente, les hace mejores en matemáticas, idiomas, mejores comunicadores, más sociables, más hábiles para las tareas manuales, etc.
Los videojuegos en un grado adecuado seguro que también pueden ser muy positivos, pero no en plan estar encerrado 6 horas al día sin levantarse ni a cenar.
#19 Que bien que haya gente que se acuerde de la existencia de Los Gatos no Bailan por España (para bien). Mononoke reconozco que en su momento me gustó, pero me da que si volviera a verla me bajaría un poco, aunque diría que a mí me gustó algo más que la de Nausicaä. El resto de pelis que mencionas de 1997 no me van demasiado, aunque Hércules tenía su punto.
#23: devolver la ciudad a la normalidad de la forma más rápida y eficaz posible.
Pues lo mejor es aprovechar lo que quede para la reconstrucción y construir los edificios tal y como eran antes, no ponerse a derribar lo que queda y a trazar calles donde no había. No creo que sea más rápido porque tienes que deshacer primero y rehacer después.
Hoy por hoy jamás pondría un pie en Dresde o Varsovia, si las hubieran reconstruido tal y como eran, al menos aunque no fueran originales, serían pasables, pero lo que hay es sólo la cutre "arquitectura" moderna que sólo sirve para borrar el pasado y anular la memoria colectiva de los lugares.
Para mi los derribos que se hacen a continuación son un crimen de guerra de tipo cultural.
#54 Estaría muy bien que se marcaran el hacer una serie (una temporada y para) con Nausicaä. Ya puestos, otra con Akira y, ya para nota, con el mismo estilo visual que la película.
A mi me parece una peli digna. Como comienzo para un estudio que quería romper moldes. La pena es que masacra el manga. De la primera época del estudio es bastante mejor Laputa o Totoro en mi opinión. O incluso Kiki.
Referencias:
El color del llamado pendón de Castilla no es, ni nunca fue morado. Todo arranca en el siglo XIX, cuando algunas sociedades y partidos, ni cortos ni perezosos recurren al color morado que utilizaba alguna unidad militar, que de Castilla solo tenía el nombre, atribuyendo este color a nuestra tierra castellana y al de los comuneros. Con esta falacia cromática cometieron uno de los mayores errores de la historia de la vexilología española, induciendo a su mal uso incluso a las instituciones, condicionando el futuro y divulgando lo que nunca fue. (Fuente: Ventura Leblic en ABC)
El castillo sobre fondo rojo o carmesí ha figurado en algunas enseñas de la Corona de Castilla (que reprodujeron el cuartelado de Fernando III sobre paño y que han servido de base en la actualidad para la bandera de la comunidad autónoma de Castilla y León) y en la bandera de la actual comunidad autónoma de Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid. Posteriores confusiones llevaron a aplicar el color morado a un legendario «pendón castellano» (que ni se conserva ni ha sido nunca documentado), haciendo que el color morado se identificara como el color de Castilla, algo que influyó en la bandera de la Segunda República Española y su franja morada. Existen diferentes hipótesis para explicar el origen de la confusión. Fundamentalmente, el origen parte de relación cromática entre el color púrpura y el rojo carmesí. El color carmesí fue muy utilizado también para representar el color púrpura, usado en el mundo antiguo como elemento alusivo a la soberanía y autoridad de los monarcas. Una de las hipótesis planteadas se apoya en el hecho de que, con el transcurso del tiempo, muchos paños que, originalmente eran de color carmesí, desgastados pueden llegar a confundirse con otras tonalidades, como el morado. Estas inexactitudes llevaron a la creación de una leyenda sobre el color morado del pendón utilizado por los comuneros, durante la Guerra de las Comunidades de Castilla contra el rey Carlos I entre 1520 y 1521, que en realidad emplearon el color rojo o carmesí en sus enseñas. Fuente: Wikipedia
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