Desde que entró en la empresa hace seis años, la empresa ha pasado de cotizar a 6€, a hacerlo a 0,6€ a día de hoy. Evidentemente los pequeños accionistas están que trinan, y no ven la forma de echarlo a patadas de la empresa. Pero no pueden, porque lo mantiene en el puesto el accionista mayoritario, SU SUEGRO.
La incompetencia de este sujeto ha llevado en tiempo récord a una compañía que aspiraba a entrar en el IBEX, a estar al borde de la quiebra, poniendo en peligro cientos de puestos de trabajo y facturas no cobradas por los proveedores. Y aún denuncia a los accionistas (propietarios) que se quejan de su gestión. Un caso de libro del nepotismo que desangra España.