#27 ¿Grande? Más bien irrespetuoso y obcecado en aplicar etiquetas.
Comienza Monedero expresando su 'extrañeza' por la falta de pluralidad en la comisión a lo que el representante del grupo mixto le deja bien claro que va en calidad de eso, de representante de 8 grupos políticos. Nuevamente Monedero, en respuesta a eso, le coloca en la cesta del PP por ser, el representante del grupo mixto, miembro de UPN, e ignorando nuevamente lo que el payo del grupo mixto le ha dicho, que va en calidad de representante.
Para más coña la presidenta de la comisión le espeta a Monedero que todos los partidos han sido convocados, que vayan o no, es cosa de los partidos, no de la presidenta de la comisión. Monedero, en el vídeo, con cara de póker por el zasca.
Cuando Monedero ya empieza a hablar se da el lujo de despreciar a la comisión (y las consecuencias penales de mentir en la misma) cuando dice que no era necesario tal comisión porque los medios son suficientes por lo publicado y vertido hasta la fecha.
También Monedero entra en el estúpido juego de las insinuaciones y descalificaciones, y la sorna, lo que no le ayuda precisamente. Y se da el lujo de dar lecciones, cosa que también le perjudica un poco más.
Vamos, un absurdo de comparencia porque Monedero iba a la comisión a debatir cuando a la comisión se va a responder. Las evasivas y el contar algo completamente diferente han sido lo más común de la hora de comparencia de Monedero, bien por interés propio, por desprecio a quién le pregunta o a la comisión o lo que fuera.
El PP no puede dar muchas lecciones de financiación pero sí puede hacer preguntar en una comisión del estilo. Y el no responder adecuadamente es una falta de respeto al Senado, tenga Monedero odio personal o político al PP. La comparencia, por ser pública está a la vista de todos, y esa hora ha sido un par de grillos cada uno a lo suyo.
#13#14 El problema se apaga denunciando una y otra vez que el nacionalismo catalán, en ausencia de motivos objetivos que lo amparen (no hay explotación, no hay opresión, son una comunidad privilegiada), carece de sentido. Negarse a reconocer la legitimidad de sus demandas y acusar a quienes lo promueven de dos cosas:
1- Engañar y manipular a los votantes.
2- Desatender el gobierno de Cataluña, que está hecha una mierda precisamente por culpa de ellos.
De lo contrario, nos encontramos con un discurso circular y vacío: #7
No es la cantidad de gente que quiere algo, sino qué es lo que quieren. Si la cantidad de por sí legitimase, todos los fascismos que lograran ser mayoría tendrían legitimidad. Y no.