Una muchacha rusa me contó el siguiente chiste (que a ellos les hace gracia):
Se encuentran un ruso, un ucraniano y un bielorruso frente a un problema. Cada uno tiene enfrente una silla con un clavo sobresaliendo de donde asentamos el culo. Es necesario buscar una solución.
El ucraniano agarra la silla y la destroza contra el suelo hasta hacerla astillas. Solucionado, nadie se va a sentar.
El ruso desarma tabla por tabla todo el mueble, cuando llega al asiento quita el clavo, después recontruye la silla. Solucionado.
El bielorruso se sienta en su silla con clavo y dice: "pues no se está mal".
En mi viaje a las highlands escocesas me estuve informando sobre que era lo más efectivo para unos minúsculos hijoputillas que ellos llaman "midges" y que te devoran vivo en verano. Al parecer los soldados británicos que se entrenaban en las highlands y sufrían el acoso de los mosquitos descubrieron por pura casualidad la kriptonita anti-mosquitos. Un puñetero aceite para hidratar, un producto básicamente femenino para después de la ducha de la casa "Avon". Lo he probado allí y aquí y es acojonante, ni se te acercan!