Estoy de acuerda con la mayoría en que la izquierda no ha hecho buen negocio. Ahora bien, puede que sea simplemente porque tiene que buscarse las habichuelas. Fijaos que con tanta referencia a la "lucha de clases" cualquiera diría que un partido comunista estaría en el parlamento o se estaría hablando de un resurgimiento de una izquierda más clásica cuyo votante potencial tratarían de absorber los partidos mayoritarios. Y sin embargo no es el caso.
A veces me pregunto de qué madera están hechos los políticos de altos vuelos. Si yo cuando me pongo a recordar hechos poco relevantes de mi vida ya me embarga una especie de vergüenza, como puede alguien subir día tras día al púlpito, sin el menor pudor, a recitar discursos que ni ellos se creen. ¿Qué clase de "autoestima" (o de cara dura) tienen que tener para después dormir tranquilamente?