Hace unos meses el partido socialista me sorprendió con algo que ya no esperaba de ellos: un documento lleno de buenas ideas. Aunque no era en absoluto un programa de gobierno perfecto era un plan bastante coherente. Combinaba, a menudo de forma efectiva, una larga serie de políticas redistributivas y de igualdad de oportunidades con una variedad de medidas liberalizadoras de calado que contribuirían a la vitalidad económica del país sin perjudicar a los más débiles. [...]