Si a Cataluña se le construyese una financiación propia, como algunos están sugiriendo incluso desde Madrid como moneda de cambio en la negociación, será para que disminuyese sus contribuciones al común y, por tanto, supondría una merma para el resto. En cierto modo, la financiación de las comunidades es como una manta que cubre a 15 personas acostadas en la misma cama: si alguno de ellos quiere cubrirse mejor, será a costa de los otros. Y eso preocupa bastante a la Junta de Andalucía.
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