Fijaos por donde, lo mismito que dijo del fraude fiscal de su novio: que todo era una persecución política del malvado “Perro Sanchez”. Y finalmente resulta que su novio confesó el fraude de 350.000 euros dejándola de mentirosa. Ayuso, un consejo: antes de gritar "estalinismo" o "persecución", asegúrate de que tus colegas o novios no están montando un chiringuito ilegal. Que una cosa es defender a los amigos y otra convertir la Comunidad de Madrid en un bufete de abogados para presuntos delincuentes.
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