La última campaña de "concienciación" con la que la Dirección General de Tráfico nos está martilleando a través de los medios de comunicación a todas horas me saca de quicio. Un conductor, por renunciar sabiamente a fumarse el porro más caro del mundo antes de conducir o por no intentar coger las gafas más caras del mundo de su guantera, no es la única parte que determina si un accidente se produce o no. María Seguí como cabeza visible de la DGT sigue siendo el mismo perro de siempre con distinto collar.
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