Desde el debate entre Nixon y Kennedy de 1960 se creó todo un aparato, más literario que técnico, en todo lo que se ha dado en llamar comunicación política. Según se nos contó el aspecto más juvenil de Kennedy, a pesar de que ambos tan sólo se llevaban cuatro años, unido a la intensa sudoración de Nixon y su imagen más antipática y nerviosa, hicieron que los norteamericanos prefirieran al demócrata.
|
etiquetas: campaña electoral , elecciones , fetichismo , superficialidad , política