Se trata, por supuesto, de una broma. O más bien, de una acción artística y agitadora del colectivo Homo Velamine. Llaman a los timbres haciéndose pasar por el cartero y dejan el aviso pegado cerca de los buzones, donde suelen aparecer esta clase de papeles oficiales. El cartel es un artefacto artístico que remueve al espectador como pocos, especialmente si éste vive en el lugar donde está colocado. Su diseño da el pego, pero basta empezar a leer el texto para cautivarse y descojonarse a partes iguales.
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