¿Serías capaz de comerte una mano? Una mano humana. No, pero ¿y si estuvieras realmente hambriento? "La tarea principal siempre fue seguir con vida, y para eso había que alimentarse bien. No fue por decisión racional, sino por imperativo de supervivencia. Siempre llevaba una mano o algo en el bolsillo y, cuando podía, le daba bocados para tener algo en la boca y sentir que me estaba alimentando".
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