Cercano un día tan especial para nosotros los misioneros, te recuerdo más que nunca Manuel. Supongo que al cielo también llegarán las noticias y te habrás enterado del lío que has montado en España. No sé si te queda algún milagro en tu poder, porque aquí los hiciste a manos llenas, pero intenta por todos los medios interceder para que Teresa, la mujer que te estuvo cuidando, venza al virus y vuelva a abrazar a los suyos. Me debes el abrazo que las prisas me privaron de darte. Nos lo daremos cuando Dios quiera...
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