En Zaragoza y en Huesca se han acondicionado pabellones para acoger a personas sin hogar. Mari Fe está en el Albergue de Zaragoza: “Hay más medidas de protección que las que tendríamos en casa”. Ya no aceptan a nadie, si no se le ha hecho el test y ha dado negativo: “El que entra no sale, y, si sale, no vuelve a entrar”, dice la directora. La convivencia resulta complicada en ocasiones: “Somos amigos porque no nos queda otra, hasta la amistad se compra”.
|
etiquetas: aragón , cuarentena , coronavirus , albergues , indigentes sin hogar , pobre