Alexia tiene treinta años y llegó a Roma desde Congo. Esta historia comienza cuando decide participar en una manifestación contra el gobierno de su país. Hay, además, un agravante: ella pertenece a la etnia del anterior presidente. La detuvieron junto a otros manifestantes y la trasladaron a un centro para presos políticos en la capital, en el que los reclusos dejan de existir.
|
etiquetas: refugiados , infierno , traumas