Mientras Rajoy presumía de haberle parado los pies en Europa al intento de Tsipras de salvar a los griegos más desfavorecidos, una excavadora y un retén policial enviados por el ayuntamiento de Madrid que gobierna su partido, expropiaba su casa a tres familias y tiraban abajo el edificio del número 29 de la calle Ofelia Nieto, en el madrileño barrio de Tetuán, para cederle el terreno a la constructora de Enrique Ortiz, empresario imputado en el caso Brugal y en la Gürtel por financiación ilegal del PP.
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