Viste una camiseta sin mangas, dejando al descubierto las ronchas, bien visibles, de su hombro derecho, sus brazos y su cuello. Son las picaduras de las chinches que desde este verano campan a sus anchas por el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores, en Valencia, a pesar de los supuestos intentos de fumigación.
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