«La cosecha de este año es una ruina. De plantearse si merece la pena seguir o no. La gente que se metió el año pasado está con el agua al cuello», dice José Manuel García, que hace 9 años cambió de la ganadería de leche al cultivo de esta IGP en Villayón. Este año, que ha sido tan húmedo para el cultivo, ya está viendo que en una primera selección de 360 kilos, solo 100 salieron óptimos para vender. De primera calidad. «Te puede quedar una poca para segunda calidad, pero en una cosecha que otros años tenía de ocho toneladas”
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Eso era la tapa, lo del menú era esta otra.
Ese tipo de cazuelas vienen así para parecer antiguas.